Volvió a ocurrir

Continuación de un día extraño, muy muy extraño... La verdad es que últimamente no sé que pasa que no me ocurre nada "muy normal".

Ayer Cayetana me esquiva y me deja hecho un piltrafa, hoy no sé como, por ayudar a una amiga, a la buenorra de Elena, me he convertido en un pingüino-camarero, triste realidad. Pero a través de eso me volví a besar con Cayetana. Os cuento la historia más o menos porque me he escapado un momento de otros menesteres (luego lo entendereis ;))

Pues me puesto el traje de camarero con el rubiales, como siempre los dos pringando para que una amiga no se quede sin curro, y nada más salir con unas copas nos hemos encontrado con Richard y Bárbara que se han puesto a criticar como es normal. Acto seguido llegaron Cayetana y el banquero... Mi cara cayó hasta el suelo como podeis imaginar, aunque asumo que tengo que hacerme a la idea. Le ofrecí una copa (gracias a la insistencia de Barbara) pero el señorito no quería lo que llevaba en la bandeja, sino un martini... Y chic@s, aunque hubiera podido conseguirlo, para él no lo hacía, así que me dijo que era un mal camarero, bla bla bla. Vamos, que me importa tres pimientos lo que él diga porque yo curro de otra cosa.

Luego estuvimos Benito y yo por la fiesta repartiendo canapieses (como dice mi Elenita) y champagne, hasta que tuvimos un pequeño problema, nos quedamos sin copas. Yo iba como alma en pena buscando por si la peña los dejaba en los despachos o en cualquier lado.

Primero miré en el despacho de Cayetana, con tanto acierto que me encontré que ella estaba allí con Echegaray hablando de no sé qué... La verdad es que la cara de ella era un poema. Pasé, pregunté y me piré. Seguí por la sala buscando cosas y luego me fui al baño. Allí ocurrió algo fuerte, muy fuerte...

Estaba cogiendo copas y tal cuando Caye salió del baño. Estaba preciosa. Le pregunté por su novio y me dijo que se había ido, a lo que le dije que entonces podíamos seguir lo que dejamos ayer... Ella pensaba que me refería a seguir con el rollo, pero yo le dije que era lo del bocata de calamares. No se sentía segura conmigo(hasta se le calló el bolso) y lo noté, pero la apreté un poco. Sé que me recomendasteis que no lo hiciera pero no lo pude evitar. Le dije que si no quería nada conmigo que me lo dijera mirandome a los ojos, y nos besamos... ¡¡¡NOS BESAMOS!!! Fue genial, yo me acerqué a besarla pero ella me respondió.

No puedo contaros muxo más porque Cayetana está al llegar otra vez!! Ya os contaré si hay novedades... ¿Iremos por el bocata de calamares?

Un besote de un chico re-ilusionado.